Si hay un momento especialmente sensorial en el que podamos realizar "provocaciones" es el otoño. La cantidad de elementos naturales que podemos encontrar en esta estación es una maravilla.
Siguiendo el enfoque Reggio Emilia, las provocaciones no son mas que colocar unos materiales escogidos y dispuestos en un lugar estratégico para generar la atención de los más pequeños y que les invite a la manipulación de los mismos.
De ahí, en adelante, hay un mundo de posibilidades. De expresión, de observación, de manipulación, de diálogo...
La primera provocación ha sido colocar en una mesa unas cajitas de madera con nueces, castañas, piñas unos palos, pinzas etc.. Algunos la han localizado enseguida y pronto se ha encendido la chispa del juego.
Han explorado y manipulado y pronto han empezado a realizar trasvases entre las cestas y bandejas.
Como parecía que se les quedaba corto han ido a la cocinita en busca de más "cacharritos". Los platos, soperas y demás utensilios para empezar a cocinar. Porque lo que más les ha gustado es hacer una "sopa de castañas" o una "tortilla de piñas". Y ¿Quién se va a comer eso les decía yo? Me parece que van a venir los animalitos del bosque a por esta deliciosa comida!
